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Instantes de la memoria, Biblioteca UDLAP
Al conmemorarse el 75 aniversario de la fundación de la Universidad de las Américas Puebla, celebramos uno de los espacios fundamentales a lo largo de su existencia, la Biblioteca, parte esencial de la formación académica y la vida estudiantil. Con el fin de mostrar la evolución del edificio y la vida cotidiana en distintas épocas, la Sala de Archivos y Colecciones Especiales organiza esta exposición formada con reproducciones fotográficas de su archivo. La exposición se divide en dos ejes temáticos; espacios y vida cotidiana en la Biblioteca desde el Mexico City College hasta la Biblioteca UDLAP.
En la primera parte, a lo largo de casi tres décadas de existencia, fue una biblioteca tradicional y en formación. En el periodo de 1954 a 1969 cuando el Mexico City College se trasladó al kilómetro 16 de la carretera México Toluca, los espacios donde se desarrollaba la vida diaria de estudio y tareas, fueron las salas de lectura y consulta de la biblioteca. Se aprecian en estas áreas a estudiantes consultando un fichero, leyendo, haciendo tareas y a uno de los miembros del staff. Se nota la formalidad de la época, tanto en las posturas para la lectura, la estantería, como en el vestir.
De la segunda parte, en el campus de Cholula, en 1970, la Biblioteca se ubicó en un edificio de dos plantas y su nombre cambió a Centro de Recursos de Aprendizaje. Se puede observar la fachada frontal con una arcada periférica que rodea al edificio, enmarcada con balcones en cada esquina y en el frente. Alrededor de los años 1973 a 1975 el inmueble sufrió la adición de una tercera planta; este proceso de construcción se aprecia en una de las reproducciones fotográficas. Finalmente su arquitectura quedó con tres pisos y un pretil como se representa en otra de las imágenes. Gracias a la planta adicional, la biblioteca contó con nuevos y amplios espacios para la lectura y trabajo, presentados en algunas de las fotografías: área de periódicos, de revistas encuadernadas y sueltas, los cubículos individuales y sus pasillos que propiciaban una lectura más libre y menos convencional. El arte se hizo presente como parte de la Biblioteca, este se aprecia en la debelación de tres cuadros históricos y una copia del primer mapa del continente americano.
En los ochenta experimentó otra pequeña remodelación, como se observa en los trabajos en el balcón y en la fachada. De esta época fueron muy característicos los reguiletes en la entrada de la sala de consulta del primer nivel, así como su catálogo fichero. Se tuvo un mayor uso y distribución de los espacios, ejemplo de esto fue el área de periódicos. Como parte de la cotidianidad, uno de los elementos que permitía el ocio estudiantil fue el acceso a los balcones y a la azotea del edificio representado en la imagen con los estudiantes asomándose por el balcón y el pretil que circundaba dicha azotea.
En la década siguiente, la informalidad en el vestir acompañaba la incorporación de las nuevas tecnologías de forma más cotidiana en comparación con la década anterior. Reflejadas en los espacios acondicionados para la consulta del catálogo automatizado y de trabajo personal. En esta misma década se creó la Biblioteca Anexo, ubicado en el edificio número nueve, su acervo era únicamente sobre las áreas de Ingeniería y Ciencias. Caracterizado por su estantería metálica color azul, sus cubículos de estudio, y el módulo de consulta con las computadoras Vt100.
En los años 2000 se usaban de forma extensiva las tecnologías de información, a la par de la mayor inclusión de obras de arte en los tres niveles del edificio. En este aspecto, a principios y mediados de esta década se caracterizó por la presencia de obras de Leonardo Nierman, con la escultura frente a la biblioteca y algunos gobelinos en el tercer piso de la biblioteca.
En la actualidad, la biblioteca es un ente siempre cambiante con miras hacia el futuro, arquitectónicamente conserva como huellas del ayer, sus pasillos de las arcadas originales. La vida interior transcurre en espacios bien acondicionados como el área de consulta y las salas en el tercer nivel. Sigue albergando obras de arte que forman parte de la cotidianidad.
La Biblioteca a lo largo de sus años de existencia ha experimentado cambios en su edificio, espacios y acervos, pero sigue acogiendo a sus estudiantes que le han dado vida. Esta exposición es un pequeño tributo a estos instantes guardados para siempre en la memoria colectiva de uno de los corazones de la UDLAP: la Biblioteca.