Tesis profesional presentada por Olivia Nicté Toxqui Martínez

Miembro del Programa de Honores. Licenciatura en Literatura. Departamento de Letras, Humanidades e Historia del Arte. Escuela de Artes y Humanidades, Universidad de las Américas Puebla.

Jurado Calificador

Presidente: Dr. Martín Sánchez Camargo
Vocal y Director: Dr. Gabriel Wolfson Reyes
Secretario: Dr. Juan Carlos Reyes Vázquez

Cholula, Puebla, México a 12 de diciembre de 2017.

Resumen

Como todas las regresiones enfermas «Te daré un motivo. La frontera. Dos. El páramo. Para vivir como un pájaro en las lomas te daré unas alas. Para salvar los trazos enterrados te devolveré unos ojos» Como todas las mujeres enfermas, Carmen G. de la Cueva

1. Hay plagas que rompen equilibrios en el ecosistema, también hay otras que resultan benéficas para controlar la sobrepoblación de otros insectos. Los bostríquidos causan daños irreparables: perforan la madera, comen muebles sin posibilidad de recuperarlos, pueden ser transportadores de alérgenos que causan rinitis y asma; enferman la casa. ¿Cómo reconocer a los bostríquidos barrenadores de maderaα ¿Cuáles son los síntomasα Acumulación de aserrín con consistencia parecida a talco. Orificios circulares de 0.5 a 4 mm de diámetro, que pueden medir 28 cm. de largo y pueden encontrarse desde 2 a 7.5 cm. de profundidad en infestaciones severas (Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental 2). La familia de bostríquidos incluye más de quinientas especies y en específico la polilla, que es más bien un nombre para muchos otros insectos nocturnos, es la que más roe, destruye y prolifera en las casas. Buscan el lugar húmedo, oscuro. La familia de bostríquidos también puede incluir a la mía. Pensar en polillas como las personas que viven en un hogar, de pronto determinados por su propio medio; viven entre orificios, carcoma, derrumbe, sin posibilidad de nombrar el deterioro porque algo ?roído, roto, trastocado? impide nombrar. La plaga de los insectos puede quedarse a vivir silenciosa, de la misma manera violenta en la que llegaron.

2. Una cartografía con seis mapas. Un álbum familiar, diez escenas. Un manual para crear una lepidoteca. Todo a favor de la conservación de la memoria.

3. Empezó cuando las polillas se comieron la mitad de los libros y el librero. La paranoia familiar prendió más fuego cuando nos dimos cuenta que los libros eran mitad míos, mitad de mis padres. Antes de empezar a matarlas, pedí tiempo para capturarlas. Un acto vergonzoso de venganza y sadismo. Conseguí veintitantas polillas que dispuse en un bote de yogurt para su estudio riguroso, imitando la observación científica. Un fracaso al final, creo yo, porque me encariñé. Mi observación duró dos semanas, en que las alimentaba con un libro viejísimo de Rubén Darío. La primera idea fue que se comieran los poemas, y a partir de los agujeros producir nuevos textos. El secuestro duró muy poco: un día se me olvidó el bote de polillas en el escritorio. Estaban al alcance de cualquier organismo que les tuviera odio (como mi madre), vulnerables también a una colonia de hormigas que se las comieron en menos de una hora. Pensé en la crueldad, en las paradojas, en el giro inesperado de su muerte. Cuando vacié el bote de plástico, hice una metáfora rápida entre el comportamiento de una casa/de una familia, con el comportamiento de las polillas, sometidas violentamente a un escenario específico; también lo fácil que resulta violentar otros organismos, con la indiferencia del asesinato, de la provocación, estemos hablando o no de insectos.

4. Hay dos lecturas primordiales en el proceso escritural de Bostríquidos. El libro Los muertos indóciles y el texto "VII. Radiografías violentas" en Dolerse (Sur+, 2011), de Cristina Rivera Garza. Llegar a ambas lecturas fue llegar al cuerpo doliente, a la propia oportunidad de un luto retrasado. Como si se trataran de radiografías violentas, dice la autora, los desastres naturales ponen de manifiesto males que la vida cotidiana normaliza: "se requiere cierta cantidad de olvido y una que otra estrategia de distracción, después de todo, para soportar una realidad imperfecta, si no esencialmente injusta y mezquina, en resumen, insoportable" (61) Desentendernos de lo que nos rodea, de manera tan fácil, es lo que nos debería dar pavor. Pocos eventos nos provocan el desarrollo de una conciencia rápida y urgente como cuando llega un terremoto, por ejemplo. Está fuera de nuestras manos poder controlarlo; sin embargo, intentamos hacerle frente como podemos, en primer lugar por un asunto de supervivencia, y luego ?ya vimos? por una solidaridad pura. Con el poemario intento dar cuenta del mismo proceso de revelación: se necesita repasar ciertos capítulos de la historia familiar, nuestra radiografía violenta, que va desde el asentamiento de los insectos hasta el día de hoy. ¿Por qué seguimos albergando tantas polillas, entonces, si ya es un problema de añosα ¿Qué no es parecido a la misma dinámica de la violenciaα Dejamos que se hospede creyendo que algún día va a marcharse. ¿Por qué la casa de pronto es un cuerpo enfermoα Más que una radiografía, en el libro propongo una cartografía. Un mapeo del antes y después. La plaga que llega a la casa es el fenómeno natural al que debemos hacer frente. Luego, a la misma casa. Estamos en un contenedor que de pronto está siendo carcomido, que pareciera también carcomernos. Pero nadie dice nada. O sí, pero se articula en monólogos. Estamos viendo que no vemos. Por eso es necesario un ejercicio de resistencia y observación, de reunir el archivo y exponerlo. Una recopilación: fotos, notas de periódico, manuales científicos, entrevistas, terapias, ejercicios de lenguaje, informes médicos o policiales. Lograr una resignificación del espacio-casa es uno de los objetivos principales para desplegar tres historias.

5. (En cincuenta páginas) 1. De cómo las polillas carcomen un hogar 2. Cómo la violencia carcome a la familia 3. El déficit de lenguaje carcome la realidad

6. Bostríquidos toma consciencia en un episodio de violencia concreto: 1996 fue el año en que asesinan a mi tío por puñaladas. En ese entonces Orizaba estaba completamente lejana de la realidad que se empezaba a construir en el norte del país, pero no por eso exenta de ser un paso comercial importante; se escuchan más y más rumores de los grupos que venden drogas, de los crímenes esporádicos, de los "hechos aislados". El año de 1996 es el punto de partida, pero hay saltos en el tiempo del discurso hacia 1981, 2001 y 2017 para explicar la historia y memoria familiar. ¿Cómo escribir cuando existe una relación temprana con la violenciaα Sobre todo, cuando ni siquiera se puede tener conciencia de ella, por la edad y por la lejanía impuesta del hecho. Cristina Rivera Garza propone que hay una escritura transcurriendo bajo condiciones específicas: La escritura no es resultado de una inspiración tan inexplicable como individual sino una forma de trabajo material de cuerpos concretos en contacto ?tenso, volátil, irresuelto? con otros cuerpos en tiempos y lugares específicos. Las escrituras, en otras palabras, son cuerpos en contextos. En su contacto con ese bien común que es el lenguaje, el trabajo de la escritura participa de distintos procesos de producción y reproducción de riqueza social. La que escribe, en este sentido, no representa la realidad, sino que la presenta, es decir, la produce, en relación a tradiciones literarias, o no, para su futura reproducción en forma de lectura. (Rivera Garza, 2017) Mi proyecto intenta ser una reescritura de ese cuerpo. Utilizo los manuales de cajas entomológicas para jugar con metáforas que se encaran entre el lenguaje y lo visual; existe una didáctica que, supongo, puede acercar de mejor manera al lector, como si tomara una lupa. Esto no quiere decir que espero ?que hay? un entendimiento/interpretación absoluta de lo que quiero expresar; más bien, me gustaría que el extrañamiento fuera el juego durante todo el poema. La imposibilidad con la que se trazan todos los momentos del poemario es entrecortada porque los recuerdos están así, entrecortados. En Resistir (1994), Eduardo Milán se refiere a una estética del fragmento donde la escritura y el pensamiento no están acabados, no generan la idea de que ya todo está bien, en orden, como pareciera estar en documentos oficiales, tratados, expedientes o manuales. Lo inacabado del fragmento, dice Milán, tiene un aliento complicante y de complicidad, un derecho al intento de seguimiento: "distorsionar lo no sido no para mejorarlo sino para corroborar la posibilidad en lo imaginario mismo." (54) El trabajo escritural, el proceso de producciónreproducción, tiene una riqueza social donde una lectura descorporizada puede volverse corporizada, es decir, de ser documentos que sólo hablan de cifras, organismos y términos científicos, podrían ser textos que restituyeran lo humano; el silencio que existe entre líneas es lo que se necesita visibilizar, en ese sentido, podemos entender que el silencio siempre dirá algo. El acercamiento al material documentado (ajeno y propio), me sirve como un proceso de apropiación y desapropiación constante, ese es el otro juego. Producir un lenguaje conflictivo, pesado de memoria y tiempo; la documentación no se queda como parte del collage (de esa fragmentación voluntaria) que forman los poemas, más bien, permite que el archivo expuesto tenga la misma mecánica de una nota roja o una fotografía todavía en negativo y que a lo largo de la lectura, se pueda revelar.

7. Las Observaciones de Nathalie Quintane (2014), me funcionan para planear el movimiento dentro del poemario, es decir, de alguna manera sus observaciones, específicamente de la casa (28-61), son también un recorrido continuo del cuerpo del punto A hacia el punto B. Trasladarme por medio de sus aforismos me dio pistas de cómo mover a un yo lírico y a las otras voces entre los poemas-mapas de la casa. La colocación de los cuerpos, los mapas durante el poema, son también una especie de pistas que ayudan a desmantelar la idea de una casa que está en orden; ese conteo excesivo de las partes, de la localización, forma nudos con la línea de tiempo, jugando con las percepciones.

8. "Poem in seven spaces" (1933) de Alberto Giacometti es mi urdimbre visual. El poema está compuesto por una lógica espacial que desmantela, en primer lugar, una relación convencional de margen-centro, así como un juego de sustitución obvia de significado y significante. El ritmo del poema depende de las múltiples lecturas de acuerdo a un orden espacio-temporal personal, la trayectoria rítmica varía en cada poema, el ojo puede estar ubicado en cualquier punto: las diversas formas simbólicas-referenciales forman una heterogeneidad de sentidos. El poema-espacio es un imaginario híbrido porque cada lugar tiene un hilo que persigue al otro, o en su caso, podría ser que los siete espacios se lean completamente autónomos. En Bostríquidos quise plantear el mismo juego para mostrar la casa que se construye en 1981, y luego resignificarla en 1996. El espacio adquiere sentido a partir de su propia geografía, que pretende "leer lo que ves" (Gerber, 2017). En mi proyecto la casa puede ser lo mismo que un mapa, pero también es una caja entomológica, una lepidoteca. La idea de la caja entomológica surge de la misma observación de las polillas en el bote de plástico. El proceso de formar una colección de insectos resulta exactamente el mismo que dibujar un árbol genealógico. La colocación debe ser impecable, etiquetada, jerárquica. Bajo esa relación, la casa transmuta todo el tiempo a una caja (que puede ser la caja entomológica o la caja funeraria) que pende a sus integrantes con un alfiler. El poemario funciona como esa caja elegante, de vidrio y madera, que alberga y muestra por completo al occiso.

9. El trastorno de lenguaje es bastante común en niños. Hay un claro déficit en encontrar las palabras adecuadas, saber lo que ellas significan, las reglas para utilizar las palabras en oraciones. Qué quieres quiere decir qué quiero es la constante desde 1996 y la del poemario. La voz lírica no puede nombrar. Lo más parecido al déficit puede representarse en el poemario con las metáforas claroscuras (que dejan y no dejan entender), con escenas que parecieran complementarias o yuxtapuestas, por ejemplo, las escenas de la casa contra el armado de la colección de insectos, o la escena de una casa llena de cubetas contra una casa que ahora es una sala funeraria, los ejercicios que hace la terapeuta de lenguaje al niño monolingüe y que son augurios. Ahora bien, el flashback (otro tipo de ejercicio lúdico en el poemario) se altera como momento lúcido, efímero. El poemario propone provocar flashbacks todo el tiempo, incluso forzarlos, cobrando importancia porque "esas regresiones enfermas", no fidedignas, son la única oportunidad del yo lírico para explicarse cómo es que la casa que habitan empezó a ser carcomida. Cuando el "niño monolingüe" se queda corto de palabras y encuentra otro lenguaje mucho más económico, se asemeja al silencio que impera en la casa, el que esconde la noticia del asesinato de mi tío. Pasé trece años creyendo que mi tío murió por causas naturales. El día que me enteré que fue asesinado el imaginario tuvo un quiebre notable. Me pidieron que no dijera nada, pero lo escribí porque no hacerlo es darle la mano a la violencia; los libros pueden ser lápidas y memoriales. También pueden ser puntos de partida para comprender cómo funcionan las casas, el hogar, la depresión, quizá la paranoia, el miedo, el dolor de una casa que se hereda y se derrumba desde hace años.

10. La escritura de Bostríquidos fue ensayística | Antes del poemario escribí un texto para las clase de Crítica y Ensayo que proponía una lectura de la reticencia a recordar que se ha olvidado algo | El problema más grave a la hora de escribir fue estructurar | Pensar un libro como un manual, no un libro de poemas | El ejercicio de la memoria es necesario en el soliloquio colectivo | Entiendo el trastorno de lenguaje como una posibilidad de decir cuando no se dice | Trastornar el lenguaje a partir de regresiones enfermas es más bien un proceso vivencial que no se puede confundir con lo autobiográfico | Verónica Gerber dice que no sospechamos de las palabras sino de las versiones de un hecho que se enciman sin corresponderse | La imagen puede corresponder en el hueco que deja la polilla | Bostríquidos es un intento de responder preguntas | Dejar de ser el uróboros

Palabras clave: poesía, proyecto arte, poemario.

El acceso a esta tesis es restringido.

Toxqui Martínez, O. N. 2017. Proyecto artístico: Poesía. Tesis Licenciatura. Literatura. Departamento de Letras, Humanidades e Historia del Arte, Escuela de Artes y Humanidades, Universidad de las Américas Puebla. Diciembre. Derechos Reservados © 2017.

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